Con la llegada del invierno y la bajada de temperaturas, es importante saber que es demasiado frío para los gatos. Aunque la mayoría de los felinos pueden aguantarlo relativamente bien, cualquier cosa por debajo de los 7 grados Celsius es excesivo para ellos.
Un gato de exterior, que suele pasar bastante tiempo fuera de casa, suele saber cuando la temperatura es demasiada baja y que debe volver a casa. Aun así, no debes dejarlo fuera durante la noche ya que el frío es más fuerte en las horas de la madrugada.
Otros aspectos que cambia la resistencia al frio de un gato son su raza y peso. Un gato esfinge, por ejemplo, no aguanta las temperaturas más bajas y necesita llevar un abriguito o cualquier tipo de vestimenta. Ya uno un poco gordito tendrá un aguante más alto y no sentirá tanto frío como los demás.
La edad y la salud también juegan un rol en decidir que es demasiado frío para los gatos. Los gatos mayores suelen sentir más frío ya que su pelo ya no es el mismo de antes y sus huesitos están más frágiles. Algo parecido pasa con aquellos que padecen de alguna enfermedad. Estos necesitan una atención especial durante esta época del año.
Lo más importante durante el invierno es tener un lugar acogedor donde tus gato se puedan poner calentitos. Debería tener acceso a una manta o una cama insolada para aguantar estas temperaturas bajas.
Hay diversas señales que tu gato está sintiendo frío. Primeramente, puede temblar, sentarse en una posición encorvada o buscar alguna zona cálida. Después de cierto tiempo sintiendo frío, puede empezar a tener hipotermia. Si percibes cualquier de los siguientes síntomas en tu gato, llevarlo inmediatamente a un veterinario:
- Confusión o estupor mental
- Pupilas dilatadas
- Dificultad para respirar
- Rigidez muscular
- Presión arterial baja
- Latidos lentos
- Coma (en los casos más graves)