En las últimas semanas, los medios de comunicación españoles se han hecho eco del horror de los incendios en la Península Ibérica y el consecuente desalojo de familias afectadas por el peligro de las llamas.

A este riesgo de suma, indudablemente, el estrés. Los evacuados, ahora resguardados en instalaciones públicas, trataban de pasar el mal trago junto a la compañía de sus familias: hijos, hermanos, parejas, mascotas… aunque la incertidumbre sobre sus hogares y pertenencias pesaba sobre cada conversación, cada mirada. Afuera, la situación seguía siendo impredecible, y dentro, el ambiente oscilaba entre la esperanza y la preocupación silenciosa.

La severidad de los incendios lleva a plantear un kit de evacuación para nuestros amigos peludos: cartilla o pasaporte, medicación, collar identificativo, recipientes para que beban y comida para, al menos, un par de días. Sería además muy importante que constara ante las autoridades si tuviéramos un número cuantioso de animales, ya que lo más probable es que necesitarían ser rescatados por las fuerzas responsables.

Entre las malas noticias que se recogen de estas semanas podríamos destacar el incendio de Méntrida, el pasado 17 de julio, donde quedó arrasado parte del albergue de la protectora de Las Nieves. El resultado fue el fallecimiento de una perrita y dos desaparecidas.

¿Cómo ayudar a las mascotas afectadas por los incendios en España?

Desde provincias menos afectadas por los incendios, son muchas las personas que se cuestionan cómo ayudar a las familias con mascotas afectadas por la tragedia. Revisar las redes sociales y contactar con protectoras podría ser un buen paso para comenzar, así como ofrecerse como casa de acogida temporal.

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