Por alguna razón, a muchísimos perros les gusta jugar en la caca de otros animales o cualquier otra sustancia que a nosotros huela muy mal. Aunque sea muy desagradable, hay diversas teorías para explicar este fenómeno canino.
Una de las teorías más populares es que lo hacen por un simple hecho evolucionario de cuando eran depredadores. De esa manera, los perros camuflaban su olor para ayudarles a acechar sus presas. Así que sería una función muy importante hace mucho tiempo, que ahora ya no sirve para mucho.
En la misma línea, otra teoría sugiere que lo de jugar en la caca no era para camuflarse de sus presas, sino de otros depredadores más grandes. Se camuflan con el olor de un animal que les supone un peligro para que esos no les intente acechar.
Es posible que para los perros actuales, esta actitud tenga una razón más social: simplemente quieren compartir un olor interesante con sus dueños. Ya que son animales que experimentan casi todo a través de sus narices, esta sería una manera de compartir información o interés con el resto de su grupo.
Más humano que pensamos
La razón puede ser bastante más “humana” de lo que pensamos. Los perros pueden estar jugando en la caca ajena porque les gustan los olores fuertes. Un tipo de estimulación olfativa, que no se cierra a solo olores desagradables, pero también a algunos que nos gusten como perfumes. Básicamente, cualquier olor más fuerte les puede llamar la atención y atraer.
El objetivo también puede ser su integración en un grupo. Ya que son animales sociales, los perros pueden intentar usar el olor del algún miembro de su familia para integrarse más o incluso tener un estatus más alto si coge el olor de un miembro más importante.
La realidad es que es posible que sea una manera de comunicación que aún no entendemos. Llevamos más de 15.000 años con ellos y siguen teniendo algunos secretos.