Primer lugar, ¿por qué sufren nuestras mascotas?

Desde la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) explican que el miedo a los ruidos fuertes como truenos y petardos se debe a la sensibilidad del oído de nuestras mascotas: “un sonido que pase de los 20.000Hz (agudo extremo) es inaudible para los humanos, pero los perros pueden oír hasta 60.000Hz”, explican desde la entidad.

Esto es algo que altera a nuestros perros porque ellos asocian ruidos elevados con peligros un peligro inminente. Seguramente has fijado que cuantos más petardos seguidos, más se altera tu mascota. Todo esto que para nosotros parece bien divertido y festivo, a los perros les aumentan sus niveles de adrenalina, dopamina, noradrenalina, cortisol y otras hormonas que lo preparan para la acción.

¿qué consecuencias puede tener este problema en nuestros animales?

Aunque la reacción a dicho estímulo es variable entre individuos, la respuesta de los animales (fundamentalmente perros) puede manifestarse desde un leve nerviosismo hasta un estado de crisis de ansiedad. Durante la explosión de los petardos o fuegos artificiales, se produce una liberación masiva de adrenalina y un aumento del cortisol y de las hormonas del estrés. Esto concluye en un llamativo desequilibrio nervioso. Un estudio reciente, realizado en 2016 en Brasil, lo ratifica.


Sin tener en cuenta el daño lesivo directo que un elemento pirotécnico puede causar en un animal (quemaduras, úlceras corneares, amputación de miembros…), el estallido de petardos hace que el gato o el perro trate de esconderse o escapar de manera compulsiva e incontrolable. El can, además de eso, puede mostrar una gran variedad de signos:


  • Freezing (sensación de congelamiento o paralización)
  • Temblores
  • Piloerección («pelos de punta»)
  • Respiración más rápida y agitación, con jadeos continuos
  • Taquicardia
  • Postura «encogida»: miembros flexionales, orejas hacia atrás y rabo entre las patas
  • Vocalizaciones o aullidos intensos
  • Aumento de la salivación
  • Micción y/o defecación involuntarias
  • Muerte por fallo cardíaco agudo

1. Camufla el sonido de los petardos con música o televisión

A la mayoría de los perros también les ayuda escuchar otro tipo de sonidos más agradables y familiares. Poner música o encender la televisión puede ayudar a camuflar el ruido de cohetes y petardos. Ahora bien, asegúrate de que sean sonidos apacibles que generen una atmósfera de calma y armonía. 

2. No lo dejes solo y búscale un refugio

Lo primero que debes hacer es no dejar solo a tu perro en Nochevieja. Además, procura que pase la noche en la habitación que esté más aislada del ruido. Si tu amigo cuadrúpedo tiene algún rincón de la casa que identifica como “zona segura” y donde se encuentra especialmente a gusto, también es buena idea que se refugie allí durante esa noche. Eso sí, mantente siempre cerca y no te vayas de su lado durante largos períodos de tiempo. 


3. Distráelo con juguetes y golosinas

Distraer a los perros en Nochevieja con juguetes o golosinas ayuda a desviar su atención hacia otros estímulos que no sean los estallidos de los cohetes y los petardos. Intenta distraer a tu compañero cuadrúpedo con alguna recompensa de larga duración, como algún juguete interactivo o algún snack que le guste mucho.  


4. Mantén la calma e intenta tranquilizarlo

Para no reforzar ni intensificar comportamientos como el miedo o la ansiedad, es fundamental que mantengas siempre la calma. Intenta transmitir normalidad y tranquilidad a tu peludo en todo momento. No es cuestión de ignorar su nerviosismo, sino de hacerle sentir que no hay motivos para preocuparse. 


5. Prueba con la terapia de presión

Cuando los perros se asustan, algunas partes de su cuerpo como la zona lumbar y los cuartos traseros se vuelven especialmente sensibles. Para tratar la tensión que se focaliza en estas zonas, algunos expertos recomiendan lo que se conoce como terapia por presión. 

La terapia por presión consiste en ejercer una presión suave y constante sobre el torso de los perros, bien mediante prendas especializadas, bien mediante vendajes colocados sobre el pecho y la espalda. La presión ejercida tiene un efecto sedante, ya que ayuda a liberar hormonas calmantes como las endorfinas y las oxitocinas.  

Evidentemente, no debes esperar a Nochevieja para aplicar la terapia de presión en tu peludo. Además de pedir asesoramiento a tu veterinario, es importante que pruebes esta técnica antes de someterlo a una situación tan estresante como la noche de Fin de Año. 

Ahora que tienes tu peludito bien relajado y tranquilo podrás disfrutar mejor de tus fiestas junto a tu pareja, amigos, familiares o con sea que tienes planes de celebrarlo.