Halloween está a la vuelta de la esquina (¡solo faltan veinte días!) y pronto decoraciones de fantasmas, calaveras y calabazas llenarán las casas y redes sociales. Bajo tanto estímulo e inspiración escalofriante, pensamos en nuestros amigos peludos, y cómo podemos celebrar con ellos el mejor Halloween posible, de acuerdo con sus necesidades y limitaciones.

Evitar el acceso a dulces supondría la acción número uno antes de tener en cuenta cualquier otro factor. En la actualidad se venden galletas especiales para gatos y perros (aquí un ejemplo) e incluso en Internet se pueden encontrar recetas para hacer postres caseros de temática terrorífica para incluirlos en esta fiesta.

A todos nos gusta la música, pero ellos la sienten mucho más alto que nosotros al tener oídos más desarrollados. Halloween puede ser, por esta razón, una noche de estrés si se abusa del volumen de tu reproductor de música favorito. También recuerda que hay mascotas, en especial los perros, que tienen una relación más complicada con los sonidos originados en la puerta principal del hogar, sumando la llegada de personas con disfraces extraños. Si este es tu caso y el de tu amigo, recuerda tener un área segura para su confort y tranquilidad.

Sobre los disfraces, ¡cuidado con qué le pones a tu pequeño o pequeña! Ellos no pueden quitarse los accesorios con la facilidad de un humano, y aquello que restrinja su visión, movilidad o respiración, lo pone en peligro. Un detalle sencillo puede ser mucho más amigable que un disfraz completo.

Tanto el interior como el exterior de la casa debe ser adecuados para que ningún animal muerda o ingiera piezas dañinas y, como último consejo, te recomendamos que, en estos días de fiesta pasees siempre con correa y seas precavido con los ruidos inesperados.

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