Las terapias con mascotas son conocidas también como terapias asistidas por animales (TAA), ejercicios que implican interacción entre personas y animales para obtener una mejoría en la salud psicológica, emocional y física de los individuos.
Basándose en la creencia de que estar en contacto con animales reduce el estrés, la ansiedad, la depresión y, por supuesto, mejora el bienestar de la persona. Gatos, perros, caballos, conejos… la naturaleza empática de los animales “tiende la pata” hacia fuertes lazos emocionales que facilitan una efectividad a medio y largo plazo.
El aumento de la autoestima y la seguridad en uno mismo son unos de los muchos beneficios que resultan en terapias como las que trabajan el autismo al entrenar la motricidad fina y gruesa y la socialización. Que los pacientes pierdan el miedo al contacto visual se considera un ejemplo de avance y que favorecerá un mejor progreso en el futuro.
Ejemplos de terapias con mascotas en la actualidad
Y no sólo respecto a condiciones individuales, sino también en escenarios de crisis. La actual Guerra de Ucrania ha demostrado cómo los perros de terapia ofrecen consuelo emocional a gente. Particularmente a aquellos que han enfrentado violencia y pérdidas en diferentes niveles de gravedad y factores.
Estos procesos de sanación mejoran visiblemente la salud de sus pacientes. Sobre todo cuándo se observa cuándo un perro adora el contacto humano y éstos se sienten muy satisfechos cuando son acariciados. Su felicidad se convierte en la sonrisa o la carcajada de una persona, y hace que esta forma de programas valgan la pena.
En diciembre de 2023, National Geographic publicaba un artículo sobre el Hospital del Mar de Barcelona. Allí se inició un plan de terapia con perros de acompañamiento dirigido a las unidades de cuidados intensivos (UCI). A pesar del carácter estricto de este ámbito, la posibilidad de disminuir niveles de estrés y ansiedad, estos ámbitos acaban humanizándose.
Hospitales y centros de salud suelen estar diseñados bajo enfoques técnicos y clínicos. Una visión fría y despersonalizada de los pacientes puede contrastar, de manera coherente, con la sanación integral del paciente, recordando por supuesto que la presencia de animales hace que la mayoría de gente se sienta cómoda y segura.